El alimento fundamental

Buenos días, feliz viernes y bendiciones. 

Hoy es el 1 de mayo, Día Internacional de l@s Trabajador@s, una conmemoración del movimiento laboral mundial. Es un día que se ha utilizado habitualmente para hacer diferentes demandas sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras.

Este año tenemos el 1 de mayo y la realidad de que el Coronavirus ha causado el mayor aumento del desempleo en la historia de los Estados Unidos. Las solicitudes de desempleo semanales en los EE. UU. Aumentan a un récord de 3.28 millones. Las empresas continúan despidiendo a trabajador@s en medio del brote de Coronavirus. 6.6 millones de trabajador@s estadounidenses solicitaron su primera semana de beneficios de desempleo, por supuesto, las comunidades afroamericanas, indígenas y latinas se han llevado la peor parte de todo esto. Una vez más, esta es otra forma de reconocer que el capitalismo no está en crisis; el capitalismo es la crisis.

Y en este contexto, tenemos el Evangelio para hoy, Juan 6: 52-59, donde la gente está entusiasmada y siguen a Jesús como si fuera algún tipo de pasadía. Es como si estuvieran esperando que Jesús hiciera magia sacando un conejo de un sombrero o hiciera algo sobrenatural para que puedan ser sorprendid@s y bendecid@s. O tal vez, piensan: "Bueno, nos dio de comer ayer, veamos qué hay en el menú hoy o veamos cómo puede bendecirnos de otra manera.

Entonces Jesús da un giro repentino y pasa de hacer milagros a un Rabino que enseña una profunda verdad espiritual. Permítanme parafrasear lo que Jesús inicialmente les dijo: “Mira, me estás siguiendo por los milagros, para obtener algo que satisfaga tu carne, pero te estás perdiendo lo mejor. Hay personas que en momentos de crisis o problemas corren en busca de Dios. Lo bueno es que Dios siempre nos recibe, pero sería mucho mejor si en tiempos de alegría pudiéramos tener la capacidad de buscar y encontrar a Dios.

Las crisis son parte de la vida. Algunos son globales: tsunamis, terremotos, terrorismo o Coronavirus. Otras son locales: cáncer, divorcio, bancarrota o la muerte de una persona que queremos. Pero esta es la pregunta: "¿Es posible experimentar a Dios en medio de ese tipo de catástrofe? Yo creo que sí. 

En esta narración bíblica, Jesús no menosprecia las necesidades físicas o sociales, solo enfatiza las necesidades espirituales como parte del complemento humano. Y esto porque descuidamos y abandonamos nuestras necesidades espirituales. La Biblia nos dice que nuestras necesidades espirituales son aún más básicas. Y solo Jesús, el pan del cielo, puede satisfacer esas necesidades. “Me estás buscando, no porque viste las señales, realicé sino porque te comiste los panes y te saciaste. No trabajes por comida que se echa a perder, sino por comida que perdura hasta la vida eterna, que el Hijo del Hombre te dará ". Por lo tanto, Jesús se declara a sí mismo como el pan de vida. Por un lado, donde debemos tener cuidado es decir que Dios es quien nos da estas crisis de la vida diaria. Y, por otro lado, esas crisis, ya sean físicas, sociales o espirituales, siempre se interrelacionan, una afectando a la otra. Pero el énfasis aquí en este evangelio hoy está en lo espiritual sin subestimar al resto.

Lo que Jesús afirma aquí es una declaración importante. Él dice que las necesidades más elementales que tenemos no son físicas o sociológicas. Nuestras necesidades espirituales son mucho más básicas. El aire, el pan y el agua solo nos mantendrán viv@s por un tiempo limitado. Todos sabemos que nuestros cuerpos no durarán para siempre. Nuestras necesidades más profundas y fundamentales son "alimentos que perduren para la vida eterna".

Bendiciones

Padre Luis +