Tu no estás sol@, Dios está muy cerca de ti.

Buenos días, feliz lunes y bendiciones.

Al leer el Evangelio de hoy, Juan ‪10: 11-18‬, me surgieron estas dos preguntas: ¿Por qué ovejas que son buenas se pierden? ¿Por qué a algun@s creyentes les cuesta más confiar en Dios para que sucedan grandes cosas? No es por "retroceso" o pecado, o incredulidad, sino porque se han enfrentado una y otra vez a un atajo en el camino y han elegido el camino equivocado. La encrucijada entre lo que Dios quiere y lo que queremos. No es que estoy fastidiando a ciert@s creyentes, por el contrario, esto se aplica a tod@s nosotr@s, incluyéndome a mí.


Hay momentos en que Dios se mueve poderosamente y luego hay otros momentos en los que se siente como si se tomara unas vacaciones en el Caribe justo cuando más la necesitábamos. La forma en que respondamos en cada una de esas situaciones determinará cómo reaccionará nuestro corazón la próxima vez que sea necesario orar. Podemos confiar en nuestra propia fuerza o la fuerza de l@s demás para ayudarnos y guiarnos o podemos poner nuestra confianza y obediencia en Dios. No digo que no debamos pedir ayuda en momentos de necesidad, pero te animo a que mires dentro de ti y veas en quién está tu fe. ¿Es en una persona, un grupo, una cosa o incluso en ti mismo? ¿de Dios?

Jesús una vez contó una parábola sobre la construcción de una casa sobre arena o roca (Mateo 7: 24-27) y el mismo principio se aplica a nosotr@s aquí. Si su fundamento se basa en Dios y en el lugar que le corresponde, no solo en el universo en su conjunto sino en su propio corazón, entonces esa casa resistirá las tormentas de la vida. Sin embargo, si se ha puesto por encima de Dios en sus pensamientos, acciones, oraciones o de alguna otra manera, encontrará que su casa se derrumbó o se hundirá lentamente en la arena hasta que no quede nada de ti para que nadie más lo vea.

Una gran prueba para ver de dónde viene tu corazón lo es esta pregunta: ¿Te preocupas por orar en tu vida diaria cuando ni siquiera hay una crisis? Este asunto es crítico, y no solo por alguna obligación religiosa sino por la relación. Sin relación, solo estamos tratando a Dios como una máquina de refresco que se supone que me le pido, siempre y cuando le pongo unas monedas o le doy ofrendas. Cuando pensamos y actuamos así, Dios ya no es Dios en nuestros corazones, sino simplemente nuestro sirviente.

Sin embargo, nuestra ayuda y redención provienen de Jesús quien dijo: “Yo soy el buen pastor; y conozco a Mis ovejas ... "Jesús es quien puede venir y mover esos troncos y obstáculos de nuestras vidas, siempre y cuando estemos en su camino y no en algún sendero del bosque oscuro en el que nos encontramos. Jesús, a través de su amor y compasión, nos ve como estas ovejas adorables, tercas e indefensas, y nos ofrece la oportunidad de unirnos a su rebaño y estar bajo su protección.

La parábola de las ovejas perdidas es la primera ‪de las tres‬ parábolas que Jesús narró con la intención de explicar la pérdida y la redención. Si sientes que Dios simplemente está demasiado lejos de ti y que no hay forma de que Él te traiga de regreso, nuevamente, esto es lo que la palabra de Dios te está diciendo: “El Señor es bueno; Su misericordia es eterna. "(Salmo 100: 5)

Bendiciones

Padre Luis +