Holyrood Church 715 West 179 Street, Upper West side Manhattan, USA, 212-923-3770

Despertemos el amor

 

Buenos días, feliz lunes y bendiciones. 

En el Evangelio de hoy, Juan 14: 21-26, Jesús deja algo muy claro cuando nos dice: la persona que obedece mis mandamientos y los guarda, esa persona me ama. ¿Qué se necesita para obedecer? Este pasaje continúa donde quedó la lectura de la semana pasada. Jesús continúa pronunciando su discurso de despedida (capítulos 14-17), preparando a sus discípul@s para su partida y su recepción del Espíritu Santo. En este breve pero poderoso pasaje, Jesús reitera su tema favorito: el amor. Él también promete el Espíritu Santo. Finalmente, Jesús enfatiza la unidad íntima de Jesús, Dios, el Espíritu y la persona creyente. El pasaje comienza y termina con amor.

Al leer esto, obedéceme, y me amarás, produce un cristianismo mecánico y seco sin calor, alegría o gloria. Pero lo que Jesús dice es que, si me amas, me obedecerás. Es fácil de hacer, no es difícil. Tenga en cuenta que no es así, si me amas, tendrás que guardar mis mandamientos. No, es causa y efecto: si me amas, el resultado es que guardarás mis mandamientos. Ese es el secreto de todo comportamiento apropiado en la experiencia cristiana. La prueba de nuestro amor es la obediencia.

Si se necesita amor para obedecer, ¿qué produce el amor? Ese es el problema. Si ves a una persona cristiana desobedeciendo a Cristo o estás tentad@ a desobedecer, ¿qué es lo que te dará la vuelta y te hará obedecer? El amor. ¿Cómo se produce el amor? ¿Qué te hará amarlo? Esto es lo que une los versículos 20 y 21. Es ese secreto básico de nuestra identidad lo que crea el amor: el Espíritu en nosotr@s, al liberarnos el amor de Jesús, nos despierta el amor a cambio.

Recuerde cómo Juan lo escribe en su primera carta: Amamos porque él nos amó primero (1 Juan 4:19). Recordar esto despierta el amor. O, como lo expresa Pablo en Romanos 5, Dios ha derramado su amor en nuestros corazones por el Espíritu Santo, a quien nos ha dado (Romanos 5: 5). Por lo tanto, la forma de producir amor es recordar quién eres, a quién perteneces y quién es Él: su muerte, su resurrección y su unidad contigo, su vida interior actual. No puedes recordarte eso sin experimentar un sentido renovado de su amor y sentir gratitud hacia Él por lo que es y lo que ha hecho en tu vida. Cuando ese amor comienza a fluir, estás motivad@ a obedecer. Nuevamente, se necesita amor para obedecer.
Si el amor es un acto de la voluntad, no motivado por la necesidad, no mide el valor, no requiere reciprocidad, entonces no existe una categoría como "no amable". Esto es lo que Jesús enseña en la parábola del buen samaritano. Cuando el abogado busca calificar el significado del Gran Mandamiento preguntando: "¿Y quién es mi prójimo?" (Lucas 10:29), Jesús responde con una historia sobre un hombre que muestra amor a los "no amables". Es, por supuesto, una historia sobre sí mismo, y una historia sobre cada un@ de nosotr@s que hemos recibido rescate en sus manos.

Cuando comenzamos a seguir a Cristo, decidimos amar a nuestro prójimo incluso si nos cuesta. Y nos cuesta, nos cuesta nuestras preferencias, nuestro tiempo, nuestros recursos financieros, nuestros derechos, nuestros estereotipos. A veces, nos cuesta nuestra popularidad, respeto y más. Pero al dejar esto a un lado, aprendemos el quebrantamiento del objeto de nuestro amor de una manera más profunda. Encontramos una creciente empatía y, a medida que maduramos, decidimos amar a nuestr@ prójim@ sin importar lo que nos cueste. Este es el tipo de amor que distingue a las personas creyentes de quienes no practican la liberación salvífica de Jesús. Recuerda, el amor no muere, solo duerme o cambia de lugar. Vamos a despertarlo y a buscarlo.

Bendiciones

Padre Luis +

Date news: 
Lunes, Mayo 11, 2020 - 10:15

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

facebook youtube instagram mail zelle