Amor Radical

Buenos días, feliz martes y bendiciones. 

En el evangelio de hoy, Juan 17: 1-11a, Jesús ora por nosotr@s, y esto a pesar de que fallamos en orar por nosotr@s mism@s. El sufrimiento que aquí se presenta comenzó poco después de la Última Cena cuando Jesús y sus discípulos fueron al Jardín de Getsemaní. Sabiendo que el tiempo de su muerte estaba cerca, Jesús oró intensamente.

Mientras que el Evangelio de Juan nos da una descripción de Jesús en medio de la agonía en la oración, el Evangelio de Lucas nos da una descripción de esa agonía. Según Lucas 22:44, “estando en agonía, oró más fervientemente. Luego su sudor se convirtió en grandes gotas de sangre cayendo al suelo ". Toda esta agonía Jesús la vivió mientras oraba por nosotr@s, garantizando nuestra liberación salvífica.

La agonía es un estado de sufrimiento severo, generalmente extendido, físico, mental o emocional. La palabra agonía se puede usar para describir el intenso dolor del cuerpo o de la mente. La agonía emocional es un tipo de dolor psicológico severo que algunas ersonas podemos experimentar en algún momento de nuestras vidas, por un período corto o prolongado.

Una pregunta clave puede ser; ¿cómo debemos orar cuando estamos en agonía? David el salmista en el Salmo 12: 1-2 dice: ¿Hasta cuándo, oh, SEÑOR? me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Cuánto tiempo debo tomar consejo en mi alma y tener dolor en mi corazón todo el día? Salmo 13: 1-2. Lo más sorprendente del comienzo de este salmo es la franqueza completa con la que David expone su lucha ante Dios. ¡No ocultes tu dolor! David siente que ha alcanzado su límite, y lo expresa es en presencia de Dios. Está buscando una relación auténtica, y eso solo puede suceder con honestidad. Esto es exactamente lo que también está sucediendo con la agonía de Jesús.
 
Entonces, Jesús bebió la copa de la ira de Dios en nuestro lugar. Él soportó la agonía espiritual inimaginable que merecemos para que Él nos salve de la ira de Dios. Nunca apreciaremos la agonizante oración de Jesús en el Getsemaní; nunca apreciaremos su sudoración, por así decirlo, grandes gotas de sangre, hasta que entendamos en las profundidades de nuestros seres que Jesús estaba tomando la ira de Dios que merecemos.

La hematidrosis es una condición médica rara, pero muy real, en la que el sudor viene con sangre. Las glándulas sudoríparas están rodeadas de pequeños vasos sanguíneos. Estos vasos pueden contraerse y luego dilatarse hasta el punto de ruptura, donde la sangre fluirá hacia las glándulas sudoríparas. Su causa: angustia extrema. Angustia se deriva de la palabra latina angustiae, que significa dolor extremo, angustia o ansiedad. El sentimiento de angustia suele ir precedido de una tragedia o evento que tiene un significado profundo para quien la está padeciendo. La angustia se puede sentir física o mentalmente (a menudo denominada angustia emocional).

He hecho mi parte de sufrimiento en la vida, momentos en los que no creía que algo pudiera ser tan agonizante como lo que estaba sintiendo y experimentando en ese momento, pero tengo que decir que nunca he agonizado hasta el punto de sudar sangre. Pero luego me pregunto; ¿por qué Jesús tuvo que experimentar tanto sufrimiento? Simple. Esto se trata de amor radical. El verdadero valor del amor radica en su poder espiritual. Cuanto más cuesta su amor, más valioso se vuelve debido al mayor poder espiritual que produce. Ahora yo me pregunto; ¿estoy preparad@ para hacer lo mismo?

Bendiciones

Padre Luis+