Seamos personas Íntegras

Buenos días, feliz sábado y muchas bendiciones. 

En el Evangelio de hoy, Mateo 5: 33-37, Jesús no está creando leyes mayores, está creando un carácter mayor en nosostr@s. Los judíos eran geniales por dar la impresión de que eran personas muy religiosas, pero muchos de ellos simplemente hicieron los movimientos. Para sus seguidor@s, Jesús quería más. Quería amabilidad. Quería honestidad. Jesús quería compasión, justicia y motivos puros. Entonces, cuando llegamos a esta lección del evangelio, encontramos a Jesús aboliendo una práctica que los judíos habían empleado durante generaciones: has oído decir "No jurarás falsamente", pero te digo que no jures en absoluto.

¿Alguna vez te has preguntado cómo surgió esta idea de jurar, hacer juramentos y poner la mano sobre la Biblia? Vino de la suposición de que las personas mienten, frecuentemente mentimos, y de que no diremos la verdad a menos que nos veamos obligad@s a hacerlo. Entonces, cuando alguien piensa que podemos estar mintiendo, dice "¿Juras por Dios?" "¿Juras por la tumba de tu madre?" "¿Cruzas tu corazón y esperas morir si alguna vez dices una mentira?" De alguna manera, nos damos cuenta de que, si alguien invoca la tumba de su madre, o negocia con su propia vida, seguramente dirá la verdad.

Entonces, ¿cuál es el antídoto de Jesús para no maldecir su nombre o maldecir el nombre de alguien más? Simplemente no lo hagas. Cuando se le pide su respuesta, simplemente dice "sí" o "no". Y dices la verdad. L@s seguidor@s de Jesús no necesitan más estímulo ni más razones para decir la verdad. No necesitamos reglas legalistas, ni la amenaza de perjurio, ni el peso de las tumbas de nuestra madre para obligarnos a decir la verdad. Solo necesitamos que se nos recuerde que es nuestro deber como seguidor@s de Jesús ser personas honestas. Siempre honestas.

Definitivamente, Jesús está creando en nosotr@s un mayor carácter al llevarnos a un discipulado radical, que debe demostrarse a través de nuestra madurez espiritual y esto a su vez es el estándar de integridad y justicia de Dios.

Es fácil golpear acusar a los fariseos, pero yo mismo he sido fariseo en numerosas ocasiones. Me permití entregar mi autenticidad para impresionar a la gente. Jesús dice que nuestro "sí" sea sí y "no" sea no. La justicia debe exceder a los fariseos. Rendieron su autenticidad para parecer más religiosos. Esta reflexión es un estímulo para vivir de manera opuesta.

No creo que la intención de Jesús sea menospreciarnos o condenarnos. Nos está dando buenas noticias sobre la naturaleza de la justicia. Qué maravilloso saber que la intención de Dios para nosotr@s es que nos convirtamos en personas justas, no solo en aquellas que hacen cosas justas a veces. ¡Debemos reflejar su propia naturaleza y carácter, hacernos nuev@s hasta las partes más profundas de nuestro ser! Bienvenid@ a la praxis del discipulado radical.

Bendiciones

Padre Luis +