Identifica las maravillas de Dios y celébralas!

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones.

El Evangelio de hoy (Mateo 11: 20-24) es difícil de leer. La instrucción de Jesús a sus discípul@s es bastante inquietante. Jesús denuncia a las ciudades de Chorazin y Betsaida por negarse a creer en él a pesar de las maravillas que lo vieron trabajar.

En un pasaje que tiene tantas ideas específicas (juicio, revelación, milagros, descanso y otras), es un poco más difícil aclarar la idea principal. Pero creo que, si ves el flujo del pasaje hacia la invitación, surgirá la idea. El pasaje culmina con la clara enseñanza de que la forma de encontrar descanso espiritual para el alma es creer en Cristo Jesús.

Él solo revela a Dios. Y la razón por la que pueden saber que Él revela a Dios es porque hizo los milagros. O para ponerlo en el orden en que Mateo lo tiene: los milagros de Jesús revelaron que Él era el Señor, y como el Señor solo Él podía revelar a Dios, por lo que, si las personas ponen su vida espiritual bajo Su cuidado por la fe, encontrarían el descanso eterno. El lado oscuro de esto es que aquell@s que no se arrepienten de sus pecados pierden el significado de los milagros, no conocen a Dios y no encontrarán descanso para sus almas.

Jesús pasó gran parte de su tiempo predicando en estas y otras ciudades y haciendo la mayoría de sus poderosas obras en esta área. La gente estaba contenta de escuchar a Jesús, estaban encantadoa de que Él sanara a tant@s de ell@s, y estaban content@s de ser alimentad@s cuando multiplicaba la comida. Los eruditos bíblicos a menudo se refieren al primer año de Jesús en esta región de Galilea como el año de su popularidad. La gente quería hacerlo rey.

Entonces, ¿por qué Jesús denunciaba a la gente ahora? Porque no se arrepentirían. No había estado haciendo los milagros para satisfacer solamente sus necesidades físicas. No les había estado enseñando sobre el reino para obtener apoyo político. Él había estado ministrando entre ell@s para llevarles a la salvación, y eso comenzó con su arrepentimiento. A la gente le gusta la idea de religión si les da lo que quieren o si les hace sentir cómod@s en sus vidas. Pero, cuando exige arrepentimiento, se sienten decepcionad@s.

Entonces, la invitación de Jesús exigió un cambio radical e hizo asombrosas promesas. La elección fue entre la carga de la sumisión a la Ley, tal como lo imponen las regulaciones farisaicas, y el resto al someterse a la autoridad de Jesús, el que no solo revela a Dios, sino que garantiza el acceso a Él.

Me pregunto si Jesús alguna vez se siente tentado a "denunciarnos" por no reconocer o apreciar las maravillas que está haciendo en nuestras vidas y en nuestro mundo. Es muy fácil cansarse. ¿Vemos las muchas maravillas que Jesús está obrando en nuestro mundo y en nuestras vidas? ¿Buscamos esas maravillas? ¿O estamos tan anestesiados con nuestra rutina diaria que nuestras mentes, ojos y corazones están cerrados a las muchas maravillas de nuestro mundo? Si es así, ¡qué triste es eso! Hay tanta bondad y belleza en las personas y en nuestro mundo. ¡Sin embargo, necesitamos tener los ojos abiertos, las mentes y los corazones para ver realmente toda esta bondad!

Bendiciones

Padre Luis +