Toda ley debe servir a la ley del amor.

Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones.

En esta lectura, Mateo 12: 1-8, nos encontramos con Jesús como alguien que cree que toda ley debe servir a la ley del amor. Él llama a esto su mandamiento y en él destaca su amor por nosotr@s como lo que debe moldear la forma en que nos vemos a nosotr@s mism@s y a l@s demás, la forma en que nos relacionamos con Dios y con toda la creación. La ley encuentra su plenitud en Jesús: “No pienses que he venido a abolir la ley o los profetas; No he venido para abolir sino para cumplir” (Mateo ‪5:17‬).

El sábado fue inspirado en el día de descanso de Dios después de los días de la Creación. Se suponía más como un alivio para las personas, que como un conjunto de requerimientos religiosos. “Dios no instituyó el sábado para agregar cargas a una humanidad ya sobrecargada. El sábado es un momento para que el pueblo de Dios haga una pausa y tome tiempo para conocer mejor al Dios cuyo deleite es estar con ell@s ".

Para los fariseos, la observación meticulosa de todas sus tradiciones era el valor más importante, incluso más alto que ser una persona misericordiosa y sensible a las necesidades concretas de las demás personas. Jesús les muestra que incluso en el Antiguo Testamento, Dios pensó lo contrario, porque desea más misericordia que sacrificio. Los fariseos se apresuraron a señalar las observancias tradicionales del sábado de acuerdo con la ley y no entendieron la enseñanza de Jesús de que "el Hijo del Hombre es el señor del sábado". Estaban demasiado preocupados con las reglas, las regulaciones y las ofrendas de sacrificio vacías que no entendieron el significado del mensaje de Jesús: la misericordia y el amor de Dios.

Además, los fariseos estaban atrapados en su hábito de encontrar fallas, una trampa fácil para que caigan las personas religiosas. Jesús les recuerda que realmente escuchen. La palabra de Dios no se nos da como un manual de instrucciones, sino que nos llama a formar nuestros corazones. El corazón de Jesús no estaba puesto en sacrificio, sino en hacer evidente la tierna misericordia de Dios. Jesús muestra comprensión y compasión por sus discípul@s que tienen hambre. Él dice que una respuesta compasiva a la necesidad humana es ciertamente más importante que la servil observancia del sábado.

Dios quiere liberarme de mis ansiedades, miedos y cargas a través del regalo de su misericordia y amor incondicionales. ¿Puedo extender a l@s demás el don de la misericordia y el amor tan generosamente compartido conmigo?

En el mundo incierto de hoy, esto también podría ser una tentación muy real: si cumplo la ley escrupulosamente, puedo sentirme bien ante Dios. Sin embargo, Jesús nos reta a pensar y actuar de otra manera. Jesús está muy seguro del amor de Dios. Para él, Dios está de nuestro lado: Dios preferiría vernos alimentados que pasar hambre. La gran preocupación de Dios es el amor: toda ley debe servir a la ley del amor. ¿Es así como vivo, poniendo el amor por encima de todo?

Bendiciones

Padre Luis +