Una señal de confianza

Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones.

Jesús en la lectura de hoy -Mateo 12: 38-42- nos invita a reconocer y creer que el amor de su muerte y resurrección es una señal. Esto es, para usar las palabras de San Juan, el amor de Jesús por cada uno de nosotr@s es en la mayor medida o "hasta el final" o hasta la muerte. "Habiendo amado a l@s suy@s que estaban en el mundo, les amó hasta el final" (Juan 13: 1). Creer que Jesús nos ama de una manera tan apasionada implica un gran cambio de mente y corazón o de la forma en que vemos y sentimos acerca de Jesús, nosotr@s mism@s y l@s demás.

Sin embargo, quienes se oponen a Jesús están buscando señales divinas de Jesús. Algo tan extravagante como el esplendor de la reina o el milagro de Jonás. Jesús se aleja de estas demandas. Su mensaje de compasión es claro y especialmente el perdón de Dios. Fue criticado porque solo Dios podía perdonar los pecados, y afirmó hacerlo. Por decir que era igual a Dios, lo matarían.

A menudo nos sorprende cómo, incluso en este mundo sofisticado en el que vivimos, las personas buscan señales externas que aparentemente eliminan la necesidad de decisiones personales. La vida puede parecer tan complicada que las decisiones reales parecen imposibles, de modo que, en lugar de mirar dentro de nosotr@s, buscamos señales desde el exterior. Pero Jesús insiste en que Dios solo nos dio una señal, Jesús mismo, que se demostró que tenía razón al resucitar de la muerte. Doy gracias a Dios por esta señal única, mientras me pregunto cuán importante es mi fe en el Jesús resucitado.

Jesús les recuerda a sus oyentes la historia de Jonás; cuya predicación llevó a la gente de Nínive a cambiar sus vidas. Este es el llamado básico de Jesús también: cree en las buenas noticias que trae y que cambiara sus vidas, abriendo sus corazones. Ruego yo no ser sord@ o indiferente a este llamado, no por miedo sino por confiar en Dios que envió a su hijo más querido, alguien más grande que Jonás.

Al igual que los escribas y los fariseos, nos encantaría tener una señal que elimine la necesidad de creer y confiar en que Dios nos está hablando a través de Jesús. Sin embargo, como en otras partes de los Evangelios, Jesús solo tiene una señal para darnos: él mismo después de la Resurrección. Esa es la señal suprema de la confirmación de Dios, de sus palabras y de todo lo que representa. Por esto debemos contestar lo siguiente: ¿Cuán importante es la resurrección en la forma en que entiendo y sigo a Jesús?

Los fariseos estaban decididos a no creer en Jesús. Cualesquiera que fuesen los milagros que realizara, cualquier señal que mostrara, ya habían tomado una decisión; ellos no creerían en él ni dejarían que otras personas creyeran en él. Es evidente que este era su estado mental de su conversación cuando estaban juntos. Tú también encontrará personas en tu vida que no importa qué tan bien lo hagas, nunca lo crearán y cuestionarán tu ministerio y tu sinceridad. Yo me refugio en lo que me dijo mi abuela Doña Bárbara: mi nieto, nadie tira piedras a un árbol que no da fruto.

Bendiciones

Padre Luis +