Confia en el maestro panadero. Él no te fallará!

¡Confía en el maestro panadero! ¡Él no te fallará!
 
Buenos días, feliz lunes y bendiciones.
 
En Mateo 13: 31-32 encontramos la parábola de la semilla de mostaza. Jesús dice: "El Reino de los Cielos es como una semilla de mostaza" e inmediatamente cuenta la historia: una semilla de mostaza que es muy pequeña es arrojada al suelo. A pesar de ser muy pequeña, crece y se hace más grande que otras plantas y atrae a las aves que vienen y construyen sus nidos en él. Jesús no explica la historia. Aquí se aplica lo que dijo en otra ocasión: "¡Cualquiera que tenga oídos para oír, que oiga!" Es decir, "esto es”. ¡Lo has escuchado, así que ahora trata de entender! Depende de nosotr@s descubrir lo que la historia nos revela sobre el Reino de Dios presente en nuestra vida. Por lo tanto, a través de esta historia de la semilla de mostaza, Jesús nos insta a pensar porque cada un@ de nosotr@s comprende algo acerca de la semilla. Jesús espera que las personas, tod@s nosotr@s, comencemos a compartir lo que cada un@ ha descubierto.
 
Y en Mateo ‪13:33‬ encontramos la parábola de la levadura. La historia de la segunda parábola es la siguiente: una mujer tomó un poco de levadura y la mezcló con tres medidas de harina, hasta crecer por completo. Una vez más, Jesús no explica. Él solo dice: "El Reino de los Cielos es como la levadura ..." Como en la primera parábola, depende de nosotr@s descubrir el significado que esto tiene para nosotr@s hoy. Los siguientes son algunos puntos que he descubierto y que me han hecho pensar: (a) Lo que crece no es la levadura, sino el pan. (b) Se trata de algo en una casa, bien conocido por una mujer y también por un hombre en su casa. (c) La levadura se mezcla con la masa pura de harina y contiene algo vivo. (d) El objetivo es hacer que toda la masa crezca y crezca a través de la acción beneficiosa de la levadura, y no solo una parte. (e) La levadura no es un fin en sí misma, sino que sirve para hacer crecer el pan.
 
En estas parábolas, Jesús nos dice cómo él, Dios y el Espíritu trabajan dentro de nosotr@s. Sin embargo, el primer paso es sembrar la semilla dentro de nosotr@s y permitirle crecer y convertirse en levadura dentro de nosotr@s. Por lo tanto, primero debemos escuchar y aceptar las palabras y enseñanzas de Jesús. ¡Entonces debemos tomar en serio sus palabras!
 
La presencia de Jesús en nuestras vidas es dinámica. Sin embargo, debemos estar abiert@s a su palabra y su acción en nuestras vidas. Mezclar tres medidas de harina con todos los demás ingredientes para hacer pan requiere tiempo, energía y habilidad. Hacer pan de verdad es un arte. Los ingredientes deben medirse, la masa debe mezclarse y luego amasarse durante bastante tiempo. Luego se forma, se pone en sartenes y se hornea a una temperatura bastante alta. Si quien fabrica el pan no es expert@, el pan puede ser pastoso, duro o la textura o el sabor pueden no ser agradables.
 
Hoy da gracias por la "semilla de mostaza" y el "pan" que eres. ¡Tienes el potencial para la grandeza! ¡Confía en el maestro panadero! ¡Él no te fallará! Quiero cerrar esta reflexión con tres preguntas: ¿Qué punto de estas dos parábolas te gustó más o cuál te llamó más la atención? ¿Por qué? ¿Cuál es la semilla que sin tu conocimiento ha crecido en ti y en tu comunidad?

Bendiciones

Padre Luis +