La inclusión de Jesús de la mujer

Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones.

En este evangelio (Mateo 19: 3-12), los fariseos involucran a Jesús en la noción del matrimonio sobre la cual hubo mucha controversia. Todos estuvieron de acuerdo en que un hombre podía divorciarse de su esposa. La disputa era sobre los motivos por los cuales un hombre podía divorciarse de su esposa. Para ser claros, la mujer no podía hacer lo mismo.

De todos modos, el ministerio de Jesús en Galilea ha terminado y él se acerca a Jerusalén cuando un fariseo le pregunta: "¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?" Una cuestión debatida en las escuelas rabínicas de Hillel y Shammai. La formulación de la pregunta sugiere que hay algunas situaciones en las que un hombre puede divorciarse de su esposa. ¡En todo esto no se mencionan los derechos de la mujer!

La escuela de Shammai exigió infidelidad por parte de la esposa para declarar el divorcio. La escuela de Hillel apelando a Deuteronomio 24 sugiere que el divorcio puede tener lugar "porque él encuentra algo objetable en ella". Esto se usó para justificar el divorcio por una razón tan trivial como una comida mal preparada o ¡roncar!

En mi opinión, una de las enseñanzas detrás de esta narrativa bíblica es la igualdad de género. Muy particularmente en una relación con otra persona. De ahí las siguientes dos preguntas: ¿La Biblia realmente enseña la igualdad de género? ¿Por qué la desigualdad de género ha sido la norma? La igualdad de género es un estado en el que los hombres y las mujeres son tratados por igual al recibir los mismos derechos sociales, las mismas responsabilidades sociales y el mismo acceso a los bienes y oportunidades sociales que l@s demás.

La igualdad de género garantiza que tanto hombres como mujeres tengan acceso a los mismos derechos y sean vistos como iguales por la sociedad en general. Por ejemplo, Su primer milagro se realizó a pedido de Su madre (Juan 2: 1-11). Se reveló a sí mismo como el Mesías a la mujer samaritana junto al pozo (Juan 4: 25-26). Cuando resucitó de entre los muertos, se mostró primero a las mujeres que habían ido a su tumba (Juan ‪20: 11–18‬; Mateo 28: 1–10; Marcos 16: 1–8; Lucas 24: 1–12).

Muchas de las leyes bíblicas con respecto a las mujeres estaban vigentes porque vivían en una sociedad en la que las mujeres eran consideradas menos valiosas que los hombres. Las leyes se hicieron para proteger a las mujeres de algunas de las complicaciones provocadas por la desigualdad cultural de género. Si miramos la vida de Jesús, notaremos que Jesús mismo trató a todas las personas como iguales, sin importar su estatus social o género. Es importante notar que Jesús trató a las mujeres como iguales, en contra de las normas culturales de la época.

En todo este asunto del matrimonio y el divorcio, me parece que Jesús es muy claro con su teología de la justicia. Primeramente, en ningún momento está tratando de validar la relación heterosexual como único modelo de unión.

Y, por otro lado, para él, la igualdad de género no es solo un derecho humano fundamental, sino una base necesaria para un mundo pacífico, próspero y sostenible. En el ministerio radical de Jesús, las mujeres tienen derecho a vivir con dignidad y sin necesidad y sin miedo. La igualdad de género es también una condición previa para promover el desarrollo y reducir la pobreza: las mujeres empoderadas contribuyen a la salud y la productividad de familias y comunidades enteras y mejoran las perspectivas para la próxima generación.

Bendiciones

Padre Luis +