Muchas personas son llamadas, pero pocas las escogidas

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones.
 
Definitivamente, esta parábola de hoy (Mateo 22: 1-14) cuenta una historia muy extraña: todas las personas que recibieron la invitación al banquete del rey no solo se negaron a asistir, sino que trataron muy mal a los mensajeros. El rey no podía ser detenido: envió a sus sirvientes a la encrucijada y reunieron "todo lo que pudieron encontrar, buenos y malos por igual". El salón estaba lleno. La invitación de Dios a participar en su gran banquete no se limita a @os judí@s, su reino ahora está abierto a tod@s, sin distinción alguna, incluso a aquell@s que parecen indign@s. Me detengo y me maravillo de la bondad y misericordia de Dios para con tod@s. Pido ser como Dios en su misericordia y generosidad.
 
Como dice Jesús al final de esta historia: "Muchas personas son llamadas, pero pocas son escogidas". Much@s fueron llamad@s e invitados a asistir al banquete. Pero se esperaba más de eso de ell@s. Tuvieron que responder a la llamada diciendo un “sí” total a Jesús.
 
Pero el texto también subraya el vínculo entre el reino y el juicio: l@s primer@s invitad@s fueron castigad@s por su comportamiento grosero, y el invitado sin la vestimenta adecuada fue expulsado del banquete y enviado a donde hay oscuridad y crujir de dientes. Al no aceptar el Reino, se le excluyo de él. Pido la gracia de ser consistente en mis elecciones, quiero ser una persona íntegra.
 
También debemos entender que la parábola de la boda en el evangelio de hoy fue dicha cuando Jesús vio que su propio pueblo se estaba moviendo para rechazarlo. La historia es simbólica. Pero la invitación para nosotr@s es real. Es una invitación a apuntar a la buena vida. La invitación al reino de los cielos es amplia, pero somos libres de decir sí o no. No importa qué tan baj@ la sociedad me considera, soy bienvenid@. Por lo tanto, me quitaré los trapos de mi injusticia, mi yo menos bueno y me vestiré con la ropa de una persona nueva y más amorosa.
 
Hoy le pido a Dios que me ayude a responder lo mejor que pueda a esta verdadera invitación. ¿Puedes sentir una voz tranquila desde dentro de ti llamándote?
 
Bendiciones
 
Padre Luis +