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La mies es mucha, pero l@s obrer@s poc@s

 

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones.

 

El Evangelio de hoy (Lucas 10: 1-12) comienza con expresiones un tanto densas. La primera, “Después de estas cosas, nos remite a la oración de Jesús ya su firme decisión de ir a Jerusalén. El segundo se refiere al verbo “designó”: Él nombró a otr@s setenta y dos y les envió ... ”(10, 1). Donde se dice concretamente que los envió delante de él, es el mismo Jesús resuelto que va camino de Jerusalén.

 

Jesús está preparando a sus discípul@s para una misión. No les deja ninguna duda sobre los desafíos, obstáculos y peligros que les aguardan. Sin embargo, tendrán éxito porque el poder de Dios está trabajando con ell@s. En consecuencia, "l@s setenta regresan con alegría". Me pregunto; ¿Tú has experimentado ese gozo cuando haces lo que Jesús quiere?

 

Las recomendaciones que Jesús les comparte antes de enviarles son una invitación a ser conscientes de la realidad a la que son enviad@s: mies abundante en contraste con l@s po@os obrer@s. El Señor de la mies llega con todas sus fuerzas, pero la alegría de esa llegada se ve obstaculizada por el reducido número de obrer@s. Por tanto, la categórica invitación a la oración: “Pide al Dueño de la mies que envíe obrer@s a cosechar” (v. 2).

 

La iniciativa de enviar en misión es parte del plan de liberación salvífica de Dios, pero Jesús transmite la orden: "Empieza ahora" y luego indica los caminos a seguir (vv. 4-11). Empieza por el equipaje: sin bolso, sin saco ni sandalias. Son elementos que muestran la fragilidad de la persona enviada y su dependencia de la ayuda que recibe de Dios y de la gente de la ciudad.

 

Qué gran responsabilidad y privilegio me ha otorgado Jesús para llevar, junt@ con otr@s, el mensaje del amor y la misericordia de Dios al mundo. Por tanto, le pido que me dé la sabiduría, el valor y la fuerza para llevar a cabo su ministerio.

 

Santa Teresa de Ávila me recuerda por qué debo continuar el ministerio de Jesús en el mundo: “Cristo no tiene cuerpo en la tierra más que el tuyo; sin manos más que las tuyas; no hay pies más que los tuyos. Tuyos son los ojos a través de los cuales la compasión de Jesús mira al mundo. Tuyos son los pies con los que ha de ir haciendo el bien. Tuyas son las manos con las que ahora bendecirá a l@s demás.

 

El mensaje que Jesús confió a l@s discípul@s es la paz y la cercanía del reino de Dios”. Este mismo mensaje de paz y justicia, perdón y sanación, y la Buena Nueva del reino de Dios, ha sido confiado a la Iglesia a lo largo de los siglos. Ahora me toca a mí dar testimonio de ello.

 

Mis queridos hermanos y hermanas, el ministerio de Jesús incluyó sanidad tanto física como espiritual porque las preocupaciones de la gente común de la época de Jesús eran los demonios y las enfermedades, y los dos estaban muy relacionados. Si nos detenemos y pensamos en ello por un minuto, las cosas no son muy diferentes hoy. Los demonios todavía están presentes hoy. Solo tienen nombres diferentes. ¿Puedes reconocerlos?

 

En el contexto del llamado que Dios te ha dado, quiero que medites en esto en el día de hoy: En un discipulado radical, a quien más se le confía, mas se le exige. ¿Entiendes lo que Dios te está exigiéndote?

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

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Jueves, Octubre 1, 2020 - 10:45

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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