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La oración es nuestra conexión especial con Dios y con su poder

 

 

Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones.

 

El Evangelio (Mateo 7: 7-11) para hoy desafía las creencias de que a medida que envejecemos en el cristianismo ahora Dios nos dará todo sin haber pedido. Por tal razón en lugar de aumentar la vida de oración, disminuimos lentamente.

 

¿Cuál era la necesidad de que Jesús orara? ¿Alguna vez lo has pensado? En cuatro evangelios hay más de 29 versículos que se refieren a Jesús orando.

 

“Pide, y te será dado; Busca y encontraras; llama, y se te abrirá. Porque toda persona que pide recibe; quien busca, encuentra, y quien llama, se le abrirá. ¿O qué persona hay entre ustedes que, si su hij@ le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Entonces, si tú, siendo mal@, sabes dar buenos regalos a tus hij@s, ¡cuánto más tu Padre que está en los cielos dará cosas buenas a quienes se lo pidan!

 

La oración es nuestra conexión especial con Dios y con su poder. Jesús también pone la oración en el contexto de nuestra relación con Dios, diciendo que si incluso nosotr@s, como seres humanos pecador@s, damos a nuestr@s hij@s lo que piden, ¿cuánto más Dios, nuestra Madre celestial, bendecirá a sus hij@s con buenos regalos?

 

El don de la oración debe ser personal para nosotr@s. Este no es solo un concepto abstracto, sino la expresión de una conexión muy relacional, de corazón a corazón. Dios quiere bendecirnos cuando acudimos a él en oración, especialmente porque él es nuestro Padre y nuestra Madre amorosa.

 

La oración es una admisión de Dios. No importa cómo lo mires, cuando oramos, estamos admitiendo ante Dios y ante nosotr@s mism@s que creemos. Si estás compartiendo sinceramente tu corazón con Dios, también estás expresando tu fe.

 

Y también, la oración es sumisión a Dios. Cuando oramos por Su voluntad en nuestra vida, nos sometemos a Su plan. Por lo tanto, nos sintonizamos más con lo que significa cederle nuestra voluntad.

 

Este Evangelio asimismo nos recuerda que también debemos creer en nuestras oraciones, confiar en que están siendo escuchadas y que Dios las honra. “Porque todo el que sigue pidiendo, recibe; y los que siguen buscando, encuentran; y al que sigue llamando, se le abrirá la puerta ". Esa es una promesa muy clara en la que debemos confiar, mientras recordamos que los pensamientos de Dios son diferentes a los nuestros, y sus caminos más altos que los nuestros, como los cielos están sobre la tierra (Isaías 55: 8,9). De modo que no podemos dictar cuándo o cómo Dios responderá nuestras oraciones; sólo podemos confiar en que lo hará, en su propia buena voluntad y tiempo, mientras oramos con anticipación a su fidelidad. Nuestras oraciones son muy importantes y Dios las honra.

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

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Lunes, Octubre 5, 2020 - 10:45

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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