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Dios trabaja incluso en medio de nuestras difíciles circunstancias

 

 

Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones.

 

El evangelio de hoy es de Lucas 1: 57-66. Sin embargo, en los capítulos 1 y 2 de su Evangelio, Lucas describe el anuncio del nacimiento de dos pequeños, Juan y Jesús, quienes ocuparán un lugar muy importante en la realización del plan de Dios. Lo que Dios comienza en el Primer Testamento comienza a realizarse a través de ellos. Por eso, en estos dos capítulos, Lucas presenta muchos hechos y personajes del Primer Testamento y logra imitar el estilo del Primer Testamento. Esto es para mostrar que con el nacimiento de estos dos niños la historia da un giro de 180 grados. El tiempo del cumplimiento de las promesas de Dios comienza a través de Juan y Jesús, con la colaboración de sus padres/madres, Isabel y Zacarías, María y José.

 

En otras palabras, hoy celebramos el nacimiento de Juan el Bautista, una rara distinción que comparte con Jesús. Como muchas figuras del Primer Testamento que jugaron un papel importante en la historia de nuestra salvación, Juan nació de una mujer estéril, en su vejez. Nuestra salvación es obra de Dios. Nuestro mundo es demasiado autosuficiente para admitir que necesitamos un salvador, pero la situación actual, con tanta violencia y dolor en las relaciones, tal vez nos lleve a más de nosotr@s a pedirle a Dios que nos salve. Aunque no nos salva sin nuestra colaboración, es su voluntad que el mundo se salve, que tenga un final feliz.

 

Las personas que presenciaron este evento "lo atesoraron en sus corazones". Tratamos de atesorar todos estos eventos navideños en nuestros corazones para profundizar nuestra conciencia del regalo de la salvación de Dios. Zacarías se había quedado mudo debido a su resistencia a la obra de Dios al traer a su hijo al mundo: ¡su esposa Isabel había aceptado la carga de un gozo tardío!

 

Ahora Zacarías ha aprendido lo que Dios está haciendo al traer a estos dos niños al mundo: uno para anunciar al Salvador y el otro para salvar a su pueblo. Al Evangelio de Lucas le encanta notar cómo la noticia se difundió por todo el campo: es una característica de su experiencia como cristiano.

 

En nuestro tiempo de debilidad, no somos diferentes a Zacarías o Juan el Bautista. Dudamos de la gracia de Dios. Dudamos del amor de Dios. Nada nos satisfaría más que tener a Jesús apareciendo frente a nosotr@s para convencernos de que él está aquí, que su gracia está con nosotr@s y que nos ama, pero entonces no tendríamos fe, tendríamos pruebas.

 

El cántico de Zacarías nos desafía a esperar que Dios trabaje incluso en medio de nuestras difíciles circunstancias actuales. Hacemos esto mirando hacia atrás en las acciones de Dios, y luego mirando hacia adelante a las promesas de Dios.

 

En los momentos en que estamos cansad@s o enferm@s, las ideas equivocadas ponen pensamientos dudosos en nuestra mente. Esos son los momentos en los que debemos perseverar más en nuestra fe, esos son los momentos en los que debemos orar l@s un@s por l@s otr@os.

 

La fe es un regalo, no se puede ganar, no se puede comprar, es un regalo de Dios. Debemos agradecer a Dios por el don de la fe que nos ha dado, y nunca dejar de pedirle a Dios que crezca en nuestra fe, en nuestra confianza y en nuestra comprensión de quién es Él.

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

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Miércoles, Diciembre 23, 2020 - 10:30

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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