La compasión de Jesús mueve al pueblo

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones.

En nuestra lectura del Evangelio de hoy, Marcos 3: 7-12, tenemos una idea de cómo era el ministerio de Jesús y el impacto que tuvo. Cómo las multitudes acudían a Jesús de todas las regiones alrededor de Galilea para escuchar a Jesús predicar, para traer a las personas enfermas para que fueran sanadas y a las endemoniadas para que fueran liberadas. Tanta gente acudió a Jesús que ordenó a sus discípul@s que le prepararan una barca para evitar que la gente lo amontonara, tal era el hambre y el deseo que tenía la gente de estar cerca de Jesús.

La respuesta a Jesús fue enorme, y una de las razones fue por la compasión que Jesús tenía por estas personas. En Marcos 6:34 leemos “Cuando Jesús aterrizó y vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Entonces, comenzó a enseñarles muchas cosas ". Jesús tuvo compasión y amor por todas las personas, por l@s enferm@s, l@s perdid@s, l@s solitari@s, l@s desamparad@s, tod@s, y nunca rechazó a nadie.

La conclusión a la que se llega al final de este quinto conflicto (Marcos 3: 2 a 6) es que la Buena Nueva, tal como fue anunciada por Jesús, decía exactamente lo contrario de la enseñanza de la autoridad religiosa de la época. Por eso, al final del último conflicto, se prevé que Jesús no tendrá una vida fácil y será condenado a muerte. La muerte ya está apareciendo en el horizonte. Deciden hacerlo morir (Marcos 3: 6). Sin una conversión sincera, no es posible que las personas comprendan correctamente las Buenas Nuevas.

Cuando escuchamos una historia como esta y experimentamos cuán agitada fue la vida de Jesús, podemos sentir que nuestras vidas son muy tranquilas en comparación. En esos momentos es importante darnos cuenta de que Jesús está presente y nos habla individualmente, en el acontecimiento interior de nuestras vidas, amándonos a cada un@ de nosotr@s incondicionalmente. En su presencia podemos ser plenamente quienes somos.

Definitivamente con esta historia también aprendemos que Jesús tenía amor y compasión por todas las personas que encontraba. No esperaba que la gente acudiera a él, pero fue a buscarles, a la orilla del mar, en el mercado, escondido en un árbol o sentado junto al pozo. Y, sin embargo, lleno de gente o bajo presión, siempre tuvo tiempo para la gente, nunca rechazó a nadie. Jesús no buscaba popularidad: no buscaba "me gusta" o "seguidor@s" para reforzar su identidad. Sabía quién era. Mi identidad también reside en ser un hijo o hija de Dios, en mi relación amorosa con la fuente de la vida.

El llamado de la fe cristiana es seguir el ejemplo de Jesucristo. ¿Cómo nos comparamos con él? Además, ¡para ahuyentar o expulsar al diablo! ¿Qué haces para neutralizar este poder en tu vida?

Bendiciones

Luis +