Cuando una ley es injusta hay que desobedecerla

Buenos días, feliz Epifanía y muchas bendiciones.

La sublime historia de Mateo (Mateo 2: 1-12) sobre la adoración de Los Magos a menudo ha sido mejor entendida por poetas y artistas que por eruditos, cuyo análisis microscópico ha perdido su esencia.  ¡Qué conocimiento tan maravilloso! La diferencia es de actitud. El poeta (o poetisa) y el/la artista se acercan a las Escrituras con asombro y afecto, con el corazón. La o el erudito se acerca a las Escrituras de manera sistemática y analítica, con la cabeza. Amb@s tienen su lugar, pero esta historia muestra cómo Cristo enriquece el corazón de quienes le traen. Los Magos vinieron con gozo en sus corazones a ver al niño Jesús, y Dios les permitió ver cosas maravillosas.

La palabra epifanía significa una aparición o manifestación, particularmente de un o una ser divin@, o un descubrimiento esclarecedor, especialmente uno que llega inesperadamente. La epifanía marca la primera manifestación de Jesús al pueblo gentil. Señala que Dios ama tanto a l@s gentiles como a l@s judí@s, que el plan de salvación de Dios también incluye a l@s gentiles. Eso podría parecer un punto discutible ahora, solo de interés académico. La iglesia ha acogido a l@s gentiles durante siglos. La mayoría de las personas cristianas de hoy son gentiles. ¿No es este un problema muerto?

Todo el mundo conoce a Los Magos relacionados con el nacimiento de Jesús. La mayoría de las escenas del pesebre en Navidad les tienen colocados en algún lugar cerca del pesebre. Tradicionalmente se arrodillan junto al pesebre adorando al Niño Jesús. Si en realidad estaban allí la noche del nacimiento tenían camellos. Vinieron de lejos. No llegaron hasta algún tiempo después, tal vez hasta dos años después. Much@s erudit@s creen que pasaron dos años antes de que llegaran a Belén. Mateo 2:16 sugiere este período de tiempo. En 2:11 encontramos que el Niño Jesús estaba en una casa y no en un pesebre. El anuncio de que Cristo nació despertó interés en todo el mundo. Lo mismo es cierto hoy. Hay más interés en y sobre el nacimiento de Cristo que cualquier otra persona.

La excursión de estos Magos fue un viaje de fe. Leyeron acerca del Prometido en la Palabra de Dios y creyeron lo que la Palabra de Dios les decía, y por eso actuaron de acuerdo con su fe. Como Los Magos, estamos en un camino de fe. Todo lo que sabemos acerca de Jesús, todo lo que creemos acerca de la salvación, lo hemos aprendido de la Palabra de Dios. Creemos por el mismo poder del Espíritu Santo obrando a través de la Palabra de Dios como lo hicieron Los Magos. Nosotr@s también estamos en un camino de fe.

También debemos vivir sobre la base de lo que dice la Palabra y lo que creemos. Viajaron por cientos de millas. Trajeron regalos, raros y preciosos. Ellos adoraron y se regocijaron. ¿Podemos hacer algo menos?

Debemos viajar en nuestro mundo por fe. Hemos sido perdonad@s. Tenemos el don de la vida eterna a través de Jesucristo y Su vida, muerte y resurrección. Sabemos que somos objeto del amor y el favor de Dios. Debemos vivir como aquell@s que han pasado más allá de las cosas de este mundo, particularmente las cosas malas. No podemos permitir que los Herodes de nuestros días nos impidan adorar a Cristo. Tampoco podemos dejar que nos engañen y destruyan la obra de nuestro Señor en este mundo.

Algo que siempre pasa desapercibido es que Los Magos desobedecieron a Herodes. O sea, esto es una enseñanza de desobediencia civil. Cuando una ley es injusta hay que desobedecerla, porque una ley injusta no es una ley.  

Bendiciones

Padre Luis +