Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.
Jesús quiere ser mi amigo
Lectura: Ustedes son mis amig@s si hacen lo que yo les mando. Juan 15:14.
Muy buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones.
En el evangelio de hoy (Juan 15: 12-17) mi enfoque ahora no está en mi fe, en lo que pienso o creo. Jesús me invita a aceptar lo que cree de mí, cómo me ve. Soy enviado a dar fruto. Confía en mí y soy amado.
En las historias que leemos en los Evangelios, vemos a Jesús interactuando con todo tipo de personas en todo tipo de situaciones, amándolas, curándolas, animándolas. Él abraza todo el desorden de nuestras vidas y nos ama, así como amó a las personas que conoció en los Evangelios. Solo necesito permanecer con Jesús para ver lo que significa su amor.
“Les he llamado amig@s”. Yo también soy llamado amigo de Jesús. Soy muy favorecido; Soy único y muy especial. Jesús quiere que sepa lo que es más importante para él, lo que está más cerca de su corazón. Me tomo el tiempo para escuchar a Jesús dirigirse a mí como amigo.
Jesús me recuerda que es él quien me ha elegido. Señor, me estás invitando, eligiéndome, para ser tu amig@ íntim@, para salir en tu nombre al mundo en el que vivo y dar frutos duraderos.
Jesús me eligió. Él me creó y me llamó porque me ama. Quiero responder generosamente a su llamado. "¡Queridísimo Señor, enséñame a ser generoso!"
Un signo de amor es que lo compartimos todo con “el amado”. Jesús no oculta nada a sus discípul@s; comparte con ell@s todo, hasta los secretos más íntimos que le fue revelado por su Padre, otorgándoles así la dignidad y el privilegio de ser amig@s. Incluso daría su vida por su bienestar.
Jesús todavía nos invita hoy a tener amistad con él; quiere revelar aún más cosas que el Padre, o la Madre, le ha revelado. Imagina a Jesús preguntándote repetidamente “¿Estarías dispuest@ a dejarme ser tu amigo?” Y observa tu respuesta.
Cuanto más me doy cuenta de que soy infinitamente amado, más puedo compartir esa reserva de amor con las personas que lo necesitan. No debo esperar a que la otra persona me ame, así como Dios no espera mi amor, sino que inicia la relación.
Esta es mi oración de hoy: Jesús, amigo mío, en tu compañía puedo relajarme, estar en silencio o hablar, quejarme o jactarme, dar y lamentarse, o sentirme agradecido y alegre. Conoces mi corazón y haces concesiones. No tengo que fingir.
Bendiciones
Padre Luis +
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