Debemos predicar con nuestra vida, solo ocasionalmente con palabras

Lectura: Y tú también debes testificar, porque has estado conmigo desde el principio. Juan 15:27.

Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones.

En el Evangelio de hoy (Juan 15: 26-16: 4a) Jesús enseña a sus Apóstoles que el Espíritu Santo los acompañará y apoyará en su peregrinaje de fe. Quizás este año podamos observar los días entre ahora y Pentecostés como un tiempo especial de oración al Espíritu Santo. Pidámosle que nos acompañe y nos ayude a crecer en conocimiento y comprensión para que podamos hacer eco del testimonio apostólico de la Iglesia en todas nuestras palabras y obras.

Jesús está preparando a sus discípul@s, y a nosotr@s, para la vida después de su partida de este mundo. Pero no dejará solos a sus seguidor@s, porque les enviará el Espíritu, su Espíritu. El Espíritu viene de Dios y de Jesús. Ella es el Espíritu de la verdad y dará testimonio de que Jesús mismo es la verdad. A través de su presencia, l@s seguidor@s de Jesús también darán testimonio al mundo de la verdad del mensaje de Jesús.

Jesús nos está diciendo estas cosas “para que nuestra fe no sea quebrantada”. El Espíritu Santo ha venido a fortalecer nuestra convicción, a mantenernos segur@s y en paz. “Y todo irá bien”. Debemos ser sus testigos. No necesariamente con palabras llamativas. Recuerde el pensamiento atribuido a San Francisco de Asís, que debemos predicar con nuestra vida, solo ocasionalmente con palabras.

Esto no significa que no encontrarán dificultades o persecución, incluso la muerte, por el hecho de dar testimonio de Jesús. Miro mi resistencia a sufrir por la verdad y oro para recibir el Espíritu que me permite ser un verdadero o verdadera testigo de Jesús. Oro por aquell@s que sufren violencia e incluso la muerte por su fe. Que sientan siempre la presencia del Espíritu de Jesús en su vida y que sientan siempre la solidaridad de quienes, como nosotr@s, comparten su fe.

L@s discípul@s pudieron testificar de Jesús, porque habían vivido y trabajado junto a él. En este pasaje, Jesús promete enviarles el Espíritu Santo, el "Abogado" después de que se haya ido. La obra del Espíritu Santo afirma la vida y el amor de Jesús, dando testimonio de la verdad.

Para testificar y dar testimonio de algo, debo tener experiencia personal, de modo que pueda decir: "Esto es cierto, y yo lo sé". Señor, no he estado contigo desde el principio. Yo soy de l@s que no vieron y, sin embargo, creyeron. Muéstrame a ti mismo, fortalece tu espíritu en mí, para que mi vida y mis palabras te den testimonio.

Jesús me pide que testifique en su nombre, que anuncie las buenas nuevas. Quizás, en los próximos días, pueda reflexionar sobre las formas en que podría enfrentar este desafío. Puedo aprovechar la ayuda del Espíritu Santo para encontrar un camino adecuado a mi situación en la vida.

Bendiciones

Padre Luis +