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En el amor puede haber diferencias, pero no hay división

 

 

Lectura: Mi oración no es solo para ellos. Oro también por aquellos que creerán en mí a través de su mensaje, para que todos sean uno, Padre, así como tú estás en mí y yo estoy en ti. Juan 17: 20-21a.

 

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones.

 

Es importante notar en este Evangelio (Juan 17: 20-26) que la oración más larga y ferviente de Jesús fue por la unidad de la iglesia: “... para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros ”. (Juan 17:21)

 

Jesús está rezando a Dios. Es la noche de la última cena. Jesús compartió una comida con sus discípul@s, les lavó los pies, les dio un mandamiento nuevo de amar como él ama y les dijo que se iba. Luego ora. En el evangelio de hoy escuchamos una parte de su oración a su Padre y nuestro Padre, quien es también Madre. Ora por nosotr@s. Tres veces le pide a nuestro Dios que todos seamos uno como él y el Padre son uno.

 

Si Jesús está orando por nuestra unidad, entonces también está reconociendo y rechazando los límites y diferencias que nos dividen. Hay divisiones dentro de nosotr@s mism@s, nuestras familias, nuestras iglesias, nuestra nación. Vivimos en un mundo lleno de divisiones, masculinas o femeninas; Rico o pobre; homosexual o heterosexual; Latin@ o Anglo; Cristian@ o Musulmán; conservador/a o liberal; educad@ o no educad@; joven o viej@; cielo o tierra; divino o humano; pecador/a o salvo; ortodox@ o hereje. Podríamos seguir enumerando los límites que encontramos y con demasiada frecuencia establecemos o promovemos. No son solo divisiones, se han convertido en oposiciones. Estas divisiones existen no solo en el mundo, sino principalmente y primero en el corazón humano. Proyectamos en el mundo nuestras vidas fragmentadas.

 

Por cada límite que establecemos hay un ser humano. En última instancia, los límites y las diferencias no se tratan de problemas. Se trata de personas reales, con nombres, vidas, alegrías, tristezas, preocupaciones y necesidades como nosotr@s. Creo que a veces olvidamos o ignoramos esto. Es más fácil lidiar con un problema que con una persona real.

 

Lo admitamos o no, los límites que establecemos y hacemos cumplir generalmente se hacen de tal manera que nos favorecen; para hacernos sentir bien, para asegurarnos de que estamos en lo correcto y en control, elegid@s y desead@s, vist@s y reconocid@s, aprobad@s y aceptad@s. Para que yo gane, alguien debe perder, para que me incluyan, alguien debe ser excluid@; de lo contrario, ganar y estar incluid@ no significa nada. Las divisiones de nuestras vidas de alguna manera se perpetúan a sí mismas.

 

La unidad no se trata de eliminar las diferencias. Se trata de amor. El amor es lo único que puede superar la división. Una y otra vez Jesús nos dice que: Ama a Dios; Ama a tu prójim@; Amate a ti mismo; Ama a tu enemig@.

 

Nuestro amor por Dios, el o prójima, el yo y el enemigo revela nuestra unidad, y la medida de nuestra unidad, nuestra semejanza con Dios, es el amor. En el amor puede haber diferencias, pero no hay división.

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

Date news: 
Jueves, Mayo 20, 2021 - 13:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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