La oración es un momento de relajación en el misterio del amor de Dios

Lectura: Dios sabe lo que necesitas antes de pedírselo (Mateo 6: 7b.

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones. 

La lectura del evangelio de hoy (Mateo 6: 7-15) comienza con Jesús diciéndoles a sus discípul@s que no deben murmurar sus oraciones como lo hacen los paganos. Los paganos pueden pensar que más palabras son mejores y pueden esperar que muchas palabras les traigan una respuesta favorable de sus dioses.

Jesús luego enseña a sus discípul@s a orar. Les enseña la oración sencilla pero profunda: el Padre Nuestro. Esta es una oración que podemos recitar sin siquiera pensar en ella. Sin embargo, ¿cuándo fue la última vez que meditamos sobre este maravilloso regalo que Jesús nos ha dado? Mientras escribo esto, me doy cuenta de que ha pasado mucho tiempo desde que realmente medité en el Padre Nuestro. Sin embargo, lo rezo (lo digo) todos los días en la Misa. ¡A menudo, estoy pensando en otra cosa mientras rezo esta hermosa oración!

Esta breve y sencilla oración es rica, pero profunda en su sencillez. Hoy les invito a encontrar un lugar tranquilo y rezar (orar de verdad) el Padre Nuestro lento y deliberadamente. Se consciente de las palabras. ¡Reza con tu corazón, no con tu cabeza! Luego, siéntese en silencio durante tres a cinco minutos.

A medida que avanza el resto del día, ¿te das cuenta de si hay algo diferente para ti hoy? Oro para que lo haya. Incluso puedes sentir la presencia de Jesús contigo y dentro de ti a lo largo del día. ¡Qué regalo sería ése!

¿Tiene dificultades para orar en este momento? Tal vez estés confundid2, molest@, soñando despiert@. Trata de estar quiet@ por unos momentos. ¿No sabes que decir? Prueba la oración que Jesús ofrece aquí, el Padre Nuestro, rezándola lentamente, o simplemente quédate quiet@ y en silencio en la presencia del Señor. La oración es un momento de relajación en el misterio del amor de Dios, dejando ir las tensiones y preocupaciones durante este período de tiempo.

La oración nos compromete a alabar a Dios, a desear que se haga la voluntad de Dios y que venga el reino de Dios a la tierra; en la oración pedimos lo que necesitamos para el día, y la gracia del perdón para nosotr@s mism@s y para l@s demás, y para permanecer en el camino de nuestro amor y convicciones. Esta es una parte principal de la oración de Jesús; la oración diaria nos involucra en uno o más de estos a medida que crecemos en la semejanza del corazón de Jesús.

Di el Padre Nuestro lentamente hoy, meditando una palabra aquí y allá. Dilo en voz alta si te encuentras en un lugar adecuado. Cada palabra, cada frase puede ser una forma de profundizar nuestra conciencia de Dios en nuestras vidas. Deja que las palabras resuenen para que su tono y significado se conviertan en una especie de mantra al que puedas volver a menudo. Otro buen ejercicio puede ser que cuando ores el Padre Nuestro, reemplazas la palabra Padre por Madre. ¿Qué o cómo te sientes sabiendo que Dios es Padre y Madre?

Bendiciones

Padre Luis +