¿Alguna vez te ha confundido algo que Dios ha hecho en tu vida?

Lectura: Cuando llegó el momento de que Elizabeth tuviera a su bebé, dio a luz a un hijo. Lucas 1:57.

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones.

Con el Evangelio de hoy (Lucas 1: 57-66, 80), interrumpimos la enseñanza sobre el Reino de Dios para celebrar el cumpleaños de Juan el Bautista. Sus padres son modelos de fe y confianza en Dios. Se les había revelado que debían llamar al niño Juan, y lo hacen, incluso frente a las críticas y malentendidos por parte de sus familiares y vecinos.

Examino mi propia voluntad, o tal vez la falta de ella, de ponerme de pie y ser contado cuando se trata de mi fe cristiana. Pido ayuda con esto.

El nombre "Juan" en hebreo significa "El Señor es misericordioso". Mostró su bondad a Isabel y Zacarías, cumpliendo su deseo de tener un hijo. Pienso en la forma en que ha sido amable conmigo. Las personas que presenciaron este evento "lo atesoraron en sus corazones". Tratamos de atesorar todos estos eventos en nuestros corazones para profundizar nuestra conciencia del regalo de la salvación de Dios.

Zacarías se había quedado mudo debido a su resistencia a la obra de Dios al traer a su hijo al mundo: ¡su esposa Isabel había aceptado la carga / alegría del final de la vida!

Ahora Zacarías ha aprendido lo que Dios está haciendo al traer a estos dos niños al mundo: uno para anunciar al Salvador y el otro para salvar a su pueblo. Al Evangelio de Lucas le encanta notar cómo la noticia se difundió por todo el campo: es una característica de su experiencia como persona cristiana.

La historia del nacimiento de Juan es paralela en muchos aspectos a la del nacimiento de Jesús. Ambos evocan sentimientos de asombro y admiración. Las historias se cuentan para aclarar la pregunta: ¿Quién es este niño y cómo encaja en el plan de Dios para su pueblo?

Colócate con imaginación en esta escena donde los familiares y vecinos de Elizabeth se reúnen para celebrar el nombramiento del recién nacido. Mira a las personas y observa sus acciones, escucha lo que dicen y reflexiona sobre el significado de todo. Me imagino que soy uno de los parientes de Elizabeth que viene a celebrar el nacimiento de Juan. Yo también me pregunto "¿En qué se convertirá este niño?" Luego me pregunto: "¿En qué me estoy convirtiendo yo?"

Isabel y Zacarías se aferraron al mensaje que Dios les había dado y, por lo tanto, eran irresistibles. Esta fue la casa en la que creció Juan el Bautista. Él y Jesús deben haber escuchado esta historia y aprendido de ella. Imagina la escena, imagina lo que saborearon.

Bendiciones

Padre Luis +