¿Hay un escriba criticón dentro de nosotr@s? Asumo que sí.

Lectura: Y enseguida algunos de los escribas dijeron para sí: "¡Este hombre blasfema!" Mateo 9: 3.

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones mi querida familia.

En el pasaje de hoy de Mateo (9: 1-8), Jesús regresó a su ciudad natal. Cuando la gente del pueblo se enteró de que Jesús estaba en casa, le trajeron una camilla que llevaba a un paralítico. Claramente, estas personas tenían fe en el poder de Jesús para sanar a este hombre. Jesús le dijo al paralítico: “Niño, ten ánimo; tus pecados te son perdonados ".

Ahora también había escribas con la gente del pueblo. Los escribas comenzaron a murmurar entre ellos acerca de Jesús. Creían que Jesús estaba blasfemando. ¡Cómo se atrevía Jesús a pensar que tenía el poder de perdonar pecados! Sin embargo, Jesús sabía lo que estaban pensando. Aunque no le habían hablado ni una palabra, Jesús podía leer sus pensamientos y sus rostros. Claramente sintió su desaprobación y negatividad.

Jesús confrontó a los escribas por sus malos pensamientos. Él les preguntó: “¿Es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados' o decirle al hombre: 'Levántate y anda?' Entonces Jesús se volvió hacia el paralítico y le dijo: “Levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa." El paralítico se levantó de inmediato, tomó su camilla y se dirigió a su casa. Tod@s se llenaron de asombro y la gente comenzó a glorificar a Dios que le había dado tal autoridad a Jesús.

Me pregunto; ¿hay un escriba criticón dentro de nosotr@s? Asumo que sí. ¿Reconocemos cuando nuestro escriba interior se activa? ¿Reconocemos cuando estamos murmurando? ¿Nuestro escriba interior juzga automáticamente a las demás personas? ¿Criticamos alguna vez a Jesús por lo que hace o no hace?

Recuerda también que el paralítico fue llevado a Jesús por amig@s o vecin@s. El perdón de sus pecados le llegó en compañía de otros, sin los cuales no se habría acercado a Jesús. Es lo mismo hoy. Acudimos a Dios en la comunidad de la iglesia y de muchas otras. Nuestra fe, aunque es personal, nunca debe ser privada. La fe trae las necesidades de l@s demás a nuestra vista, y la fe en Jesús da una inspiración para ser quienes ayuden a sanar a l@s enferm@s y ayudar a cualquiera en dificultades.

¡Todos los días, debemos ser conscientes de la voz de nuestro escriba interior y de nuestra tendencia a juzgar y criticar a l@s demás, así como a nosotr@s mism@s! Cuando somos conscientes de nuestros pensamientos y críticas, tenemos la oportunidad de dar un paso atrás, cambiar de opinión y detener nuestro juicio o crítica. Si hacemos esto conscientemente durante un período de tiempo, es posible que nos demos cuenta de que no estamos juzgando a las demás personas con tanta frecuencia como lo habíamos hecho. Y quién sabe: es posible que nos encontremos más tranquil@s y más a gusto.

Bendiciones

Padre Luis +