¿Vemos las muchas maravillas que Jesús está obrando en nuestro mundo y en nuestras vidas?

Lectura: Entonces Jesús comenzó a denunciar los pueblos en los que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se arrepintieron. Mateo 11:20.

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.

El Evangelio de hoy (Mateo 11: 20-24) es difícil de leer. La instrucción de Jesús a sus discípul@s es bastante inquietante. Jesús denuncia a las ciudades de Corazín y Betsaida por negarse a creer en él a pesar de las maravillas que le habían visto obrar. Jesús les dice a sus discípul@s que no ha venido a traer paz. Más bien ha venido a traer la espada. También dice que ha venido a poner a un hombre contra su padre, a una hija contra su madre y a una nuera contra su suegra. Me pregunto si también planea hacer lo mismo con los suegros y yernos.

Claramente, Jesús está furioso con la gente de Betsaida y Corazín. Después de ver las maravillas que había obrado en medio de ell@s, parece que de inmediato deberían haberse arrepentido. Sin embargo, ¡no lo hicieron! Simplemente continuaron hablando de sus malas acciones. Claramente, ¡no estaban interesad@s en cambiar su estilo de vida ni temían a Dios!

Me pregunto si Jesús alguna vez se sintió tentado a “denunciarnos” por no reconocer o apreciar las maravillas que está obrando en nuestras vidas y en nuestro mundo. Es tan fácil cansarse. ¿Vemos las muchas maravillas que Jesús está obrando en nuestro mundo y en nuestras vidas? ¿Los buscamos siquiera? ¿O estamos tan anestesiad@s con nuestra rutina diaria que nuestras mentes, ojos y corazones están cerrados a las muchas maravillas de nuestro mundo? Si es así, ¡qué triste es eso! Hay tanta bondad y belleza en las personas y en nuestro mundo. Sin embargo, ¡necesitamos tener los ojos, la mente y el corazón abiertos para ver verdaderamente toda esta bondad!

Jesús nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias y que, si bien Dios nunca se cansa de enviarnos mensajer@s de su poder y misericordia, somos libres de aceptar o no este mensaje. Doy gracias a Dios por quienes me trajeron la buena noticia del Evangelio yoro para estar siempre consciente de su presencia en mi espacio público.

Jesús parece esperar resultados en su misión. Por lo tanto, hay una condena por el orgullo y la arrogancia que bloquea la audición de su misión. Jesús muestra compasión y una amplitud divina de entendimiento ante la debilidad y la lucha humanas; al orgullo y la hipocresía habla con fuerza, como en estas pocas palabras a las ciudades que conocía bien.

Si mi oración es real, no solo me encontraré con el "Jesús amable, manso y apacible", sino que también seré desafiado por la visión de Jesús que es más grande que la mía. Jesús nos desafía o nos confronta cuando no asumimos la responsabilidad de enfrentar la verdad y la justicia de las situaciones en las que nos encontramos cada día. Me permito mirar a Jesús en esta lectura a la luz de mi experiencia personal de estar con aquell@s que me desafían a trabajar para ser lo mejor de mí mism@.

Hoy, les invito a mantener sus ojos y su corazón abiertos y despiertos. Si lo hacemos, veremos muchos “pequeños” milagros y una gran belleza. ¡Qué maravilloso regalo para la vista! ¡Estar alerta! ¡Ser atent@!

Bendiciones

Padre Luis +