Cuando todas las personas compartieron, hubo comida suficiente.

Lectura: Jesús respondió: “No es necesario que se vayan. Denles ustedes algo de comer ". Mateo 16:16

Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.

En el evangelio de hoy (Mateo 14: 13-21) Jesús recibió noticias devastadoras. Escuchó que su amado primo, Juan, había sido brutalmente decapitado. A raíz de esta noticia, Jesús necesitó tiempo para estar solo para absorber esta noticia y comenzar a llorar por su querido amigo.

Jesús subió a una barca y se retiró a un lugar desierto. Sin embargo, su tiempo de duelo fue de corta duración. La multitud lo siguió y llegó antes que él. Me pregunto si Jesús tuvo la tentación de empezar a remar para encontrar otro lugar donde pudiera estar solo. Mateo escribe: "El corazón de Jesús se compadeció de la multitud". Jesús salió del barco y ministró a la gente. Sanó a tod@s l@s que anhelaban estar san@s de nuevo.

Al acercarse la noche, l@s discípul@s se dieron cuenta de que much@s no habían traído nada para comer. Estaban preocupad@s por la gente, pero no sabían qué hacer. Fueron a Jesús y le dijeron que enviara a la gente a los pueblos donde pudieran comprar comida. Sin embargo, Jesús instruyó a sus discípul@s a alimentar a la multitud. Sus discípul@s protestaron de inmediato. Dijeron: “Solo tenemos dos pescados y cinco panes. Esta pequeña cantidad de comida nunca será suficiente para esta gran multitud ".

Jesús, sin embargo, no se molestó ni se preocupó. Les dijo a sus discípul@s que le llevaran el pescado y el pan. Luego ordenó a la multitud que se sentara en la hierba. Me pregunto qué pensarían l@s discípul@s mientras recogían la comida. ¿Pensaban que Jesús estaba loco o estaban anticipando otro milagro?

Jesús tomó el pan y el pescado y los bendijo. Luego les dio el pan y el pescado a sus discípul@s y les indicó que distribuyeran la comida a la gente. Así lo hicieron. Y como sabemos, todo el mundo estaba bien alimentado y había bastantes canastas de sobras.

En este evangelio podemos ver cómo Dios cuida a su pueblo. Podemos leer la alimentación de dos formas. Por un lado, podemos simplemente tomarlo como un evento milagroso, que apunta a los orígenes divinos de Jesús. Por otro lado, podemos ver que una vez que l@s discípul@s comenzaron a compartir la poca comida que tenían con l@s que estaban alrededor, se desencadenó un movimiento similar entre la multitud, much@s de los cuales habían traído algo de comida. Cuando todas las personas compartieron, hubo comida suficiente. Una imagen del tipo de relación que la Iglesia debería representar.

!Recordemos agradecerle por los dones, gracias y desafíos) que recibimos hoy! ¡Jesús está con nosotros! ¿En qué parte de mi vida hay oportunidades de “compartir mi comida” para que otr@s tengan suficiente?

Bendiciones

Padre Luis +