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Solo podemos recibir el perdón si podemos dárselo a otras personas.

Título: Solo podemos recibir el perdón si podemos dárselo a otras personas.
 
Lectura: Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano o hermana que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? Jesús respondió: “Les digo que no siete veces, sino setenta y siete veces. Mateo 18: 21-22.
 
Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El tema del perdón continúa en la lectura del Evangelio de hoy (Mateo 18: 21-19: 1). ¡Pedro no es tímido! Le pregunta a Jesús cuántas veces "necesita" perdonar, cuántas veces "debería" perdonar. ¡Solo Pedro tendría el valor de hacerle esta pregunta a Jesús!
 
Tod@s pensamos como Petdro a veces. ¿Le hacemos a Jesús esta misma pregunta? En algún momento de nuestras vidas, tod@s hemos tenido experiencias dolorosas a manos de otr@s. Perdonar a esa persona no es fácil, ¡especialmente cuando nos han herido profundamente! Sin embargo, siempre tenemos tiempo para cambiar de opinión y de corazón pidiéndole a Jesús que nos dé la gracia de querer perdonar. Este es el primer paso. Cuando somos capaces incluso de intentar perdonar a otr@, ¡puede que no solo te libere, sino que lo más probable es que también nos libere a nosotr@s!
 
El perdón es siempre un proceso complicado que requiere tiempo y reflexión. Sin embargo, es una obligación que Jesús considera esencial para sus seguidor@s, y nunca pierde la oportunidad de enfatizar su importancia. Aquí nos está diciendo a Pedro, y a nosotr@s, que no hay límite para la cantidad de veces que debemos perdonar. Oro por un corazón que perdone, oro por aquell@s a quienes encuentro difícil de perdonar, por aquell@s a quienes les resulta difícil perdonarme. Oro en agradecimiento por mi propia experiencia de perdón, ya sea dando o recibiendo.
 
Esta parábola nos recuerda que solo podemos recibir el perdón si podemos dárselo a l@s demás. El corazón que razona sólo en términos de aciertos y errores, que es sordo a las llamadas de misericordia, es un corazón que no comprende el perdón cuando se ofrece. Por eso a menudo nos resulta difícil perdonarnos a nosotr@s mism@s. Señor Jesús, haz mi corazón como el tuyo.
 
No esperamos que Dios nos perdone una o dos veces o un número limitado de veces, sino siempre. No está escrito que tengamos, por ejemplo, solo 10 posibilidades de confesarnos y una vez que se agote nuestra cuota, no queda nada. Si eso es cierto en nuestra relación con Dios, también debe serlo en nuestras relaciones con l@s demás. Siempre debemos esforzarnos por no rechazar nunca una oferta de reconciliación. Al reflexionar sobre este evangelio hoy, ¿hay alguien con quien deba reconciliarme? ¿Pienso que necesito el perdón divino? Si no lo hago, ¿es porque estoy usando estándares humanos en lugar de divinos? Estoy destinad@ a amar a Dios y a mi prójimo con todo mi corazón y mi alma, pero ¿cuán compasiv@ soy con l@s que necesitan mi ayuda? ¿Mi vida está entregada a Dios o soy una persona vagabunda? ¿Soy conocid@ como generos@ y perdonador/a?
 
Jesús señala que el perdón no conoce límites. La incapacidad de perdonar a quienes nos han ofendido puede ser corrosiva y el alberga heridas destructivas. ¿Hay personas a las que no puedes perdonar? Si es así, dedica tiempo a orar por la capacidad de hacerlo y detenerte en la frase del "Padre Nuestro": "perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". (Mateo 6:12).
 
Bendiciones
 
Padre Luis +

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Jueves, Agosto 12, 2021 - 21:30

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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