¿Qué tan profunda es nuestra confianza en Jesús?

 
Lectura: Al oír Jesús estas cosas, se maravilló de él, y volviéndose a la multitud que le seguía, dijo: Os digo que ni en Israel he hallado tanta fe.  Lucas 7:9.
 
Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El Evangelio de hoy (Lucas 7:1-10) es familiar. La lectura comienza con la entrada de Jesús en Capernaum. Un centurión tenía un sirviente a quien tenía en alta estima. El sirviente estaba gravemente enfermo y probablemente moriría. El centurión esperaba con todo su corazón que Jesús sanaría a su amado siervo. El hombre pidió a varios de los ancianos judíos que fueran y le preguntaran a Jesús si vendría a su casa y salvaría la vida del sirviente. Los ancianos hicieron lo que les pidió.
 
Los ancianos se acercaron a Jesús y le contaron la petición del centurión. Le dijeron a Jesús que el centurión era un hombre muy bueno. Tenía gran estima y respeto por el pueblo judío e incluso había construido una sinagoga para ellos. Y le rogaron a Jesús que los acompañara a la casa del centurión. Lucas escribe: “Jesús partió con ellos”.
 
Cuando se acercaron a la casa del centurión, llegaron amigos del hombre y le dijeron a Jesús: “Dijo el centurión: ‘Señor, no te molestes; No soy digno de que entres en mi casa. Yo creo que, si simplemente dices la palabra, mi sirviente será sanado. Sé cómo funciona la autoridad, así que haz lo que quieras. Pongo mi confianza en ti’”.
 
Jesús se asombró de la profunda fe del hombre. Se volvió hacia la multitud y dijo: “Nunca he experimentado una fe tan profunda entre los israelitas. Cuando los sirvientes regresaron a la casa del centurión, encontraron que el sirviente había recuperado la salud. Jesús se permite identificarse con alguien que habla de “nuestro pueblo”. Seguramente, valora la generosidad y franqueza del orador, contento de que no se utilice de forma estrecha o excluyente. Al ver cómo Jesús es capaz de acoger la fe del extranjero y ver en ella un ejemplo, oro para poder volver a mirar a los que considero diferentes y aprender de sus caminos.
 
Además, el respeto mutuo entre los personajes de esta escena es muy evidente. La Plegaria Eucarística “Señor, no soy dign@...” tiene su origen en la compasión y amor de un centurión por un esclavo. Dios permíteme ser respetuoso no solo con Jesús, sino con todas las personas que me encuentre.
 
Hoy pregúntate: ¿tienes la profundidad de fe en Jesús del centurión? Sospecho que much@s de nosotr@s no. Se necesita mucha confianza y fe para creer que Jesús siempre escucha nuestras oraciones... y responde nuestras oraciones. Sin embargo, la respuesta a nuestras oraciones puede no ser la respuesta exacta que deseábamos. A veces, la respuesta puede ser más de lo que esperábamos. En otras ocasiones, la respuesta puede tardar en llegar a nosotr@s. Sin embargo, cada minuto del día Jesús está a nuestro lado, ayudándonos y honrándonos; llevándonos cuando necesitamos ser llevados. La pregunta para nosotr@s puede ser: ¿qué tan profunda es nuestra confianza en Jesús? ¡Hoy tómate un tiempo y reflexiona sobre esa pregunta! Jesús no nos falla; sin embargo, puede tomar tiempo para que nos demos cuenta de esto.
 
Bendiciones,
 
Luis+