Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.
El reino al que Jesús nos invita es uno de unidad, compasión y amor.
Lectura: El que no está conmigo, está contra mí, y el que conmigo no recoge, desparrama. Lucas 11:23.
Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.
En el evangelio de hoy (Lucas 11:15-26) la multitud criticó una vez más a Jesús por expulsar al demonio de un hombre que estaba poseído. Algunas de la gente dijeron: “Él expulsa a los demonios por el poder de Beelzebub, el príncipe de los demonios”. Otr@s trataron de probar a Jesús en una variedad de formas. Sin embargo, Jesús podía leer sus pensamientos y corazones. Finalmente, Jesús les dice: “Todo reino, ciudad y casa dividida contra sí misma será devastada y con el tiempo caerá”.
Tristemente, Jesús también nos está advirtiendo acerca de Beelzebub. Por lo general, Beelzebul se nos aparece de una manera amistosa y cautivadora. Para l@s niñ@s, Beelzebul puede aparecer bajo la apariencia de un compañero compañera de juegos que l@s invita a robar una barra de chocolate o a tirar piedras a la ventana de alguien. O tal vez puede ser un amigo o amiga que l@s anime a burlarse de un compañero o compañera de juegos que es tímid@ o retraíd@. Para las personas adultas, podría ser un compañero o compañera de trabajo que nos anime a criticar. O puede ser un vecin@ que parece irritarnos solo por el placer de hacerlo. La realidad es que normalmente tenemos más de un “Beelzebub” en nuestras vidas. Por lo tanto, tenemos que estar constantemente alertas a cómo estos “Beelzebuls” se esfuerzan por dividirnos.
¿Puedes recordar un momento de tu vida en el que experimentaste estar dividido? Puede haber sido una lucha personal. O tal vez estabas atrapad@ entre dos amig@s que estaban en guerra entre sí. O tus padres/madres estaban preocupad@s por las amistades con las que andabas. Sin embargo, ¡eran tus amig@s! O en el trabajo, se te pidió que hicieras algo que parecía turbio o deshonesto. Como recuerdas, ¿cómo fue esa experiencia para ti? Lo más probable es que no haya sido un momento tranquilo o fácil para ti.
Hoy en día la mayoría de la gente no habla de “demonios”. Sin embargo, l@s tentador@s están a nuestro alrededor. Sus tentaciones a menudo parecen menores o insignificantes. Sin embargo, si accedemos a estas tentaciones pequeñas y aparentemente insignificantes, nuestra vida puede evolucionar de una manera que no sea saludable para nuestras familias, nuestras comunidades o para nosotr@s. La realidad es: tenemos que estar atent@s. Casi todos los días recibimos una invitación a desviarnos del camino que hemos elegido. La invitación puede llegar a través de Internet, un programa de televisión u otra persona. Estemos especialmente alerta a los demonios personales. ¡Pueden “atraparnos” antes de que nos demos cuenta!
Podemos ver que Jesús responde a sus retador@s con mansedumbre y claridad; “Todo reino dividido contra sí mismo se convierte en desierto”. El reino al que Jesús nos invita es uno de unidad, compasión y amor. Es un cielo terrenal con vivencia en armonía. Sus retador@s se encierran en un reino de su propia creación que es de hecho un desierto espiritual, desprovisto de bondad, misericordia y cortesía. Hoy renovamos nuestros esfuerzos para elegir el reino de Dios, o sea su comunidad, cuando llegue el momento de la decisión.
Bendiciones,
Luis+
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