Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.
Jesus es el centro
Permitir que Cristo entre en tu hogar (y esto puede ser el lugar donde vive o simplemente tu vida) siempre tiene consecuencias muy hermosas. Del Evangelio de Marcos (2: 1-12) podemos identificar una pregunta clave que nos ayudará a comprender lo que sucedió. Esta narración responde a la siguiente pregunta: ¿Qué sucede cuando Cristo entra a tu hogar?
Primero, Cristo traerá alegría a tu hogar: unos días después, cuando Jesús volvió a entrar en Capernaum, la gente escuchó que había vuelto a casa (Marcos 2: 1). Esta reunión resultó en una gran celebración llena de alegría.
Segundo, Cristo traerá esperanza a tu hogar (Marcos 2: 2a): tantos se reunieron que no quedaba espacio, ni siquiera fuera de la puerta. En una sociedad tan desesperada que podemos recuperar la esperanza es un triunfo.
Tercero, Cristo traerá sabiduría a su hogar: ... y les predicó la palabra (Marcos 2: 2b). Como en la vida la toma de decisiones es de gran importancia, el hecho de que Cristo nos traiga sabiduría abre el camino a muchas soluciones. Como dice la oración de serenidad: Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; fuerza para cambiar las que puedo cambiar; y sabiduría para distinguir ambas.
Y cuarto, Chris traerá sanidad y perdón a tu hogar (Marcos 2: 5): Cuando Jesús vio su fe, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados son perdonados" (Marcos 2: 5). Necesitamos constantemente curación en todas las áreas humanas: sociales, físicas, emocionales y espirituales. Es bueno que Cristo nos sane con su llegada.
Lección para hoy: mantén a Cristo en el centro de todo lo que haces. “Busca primero su reino y su justicia, y todas estas cosas también te serán dadas a ti” (Mateo 6:33). Realmente es tan simple como eso.
Bendiciones
Padre Luis +
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