¿De alguna manera sospecho que Jesús me está invitando a crecer?

Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones.

En el evangelio de hoy (Lucas 7, 31-35) vemos la novedad de la Buena Nueva que abre su camino y así las personas apegadas a las formas antiguas de fe se sienten perdidas y no comprenden nada más de la acción de Dios. Para ocultar su falta de apertura y de comprensión defienden y buscan pretextos infantiles para justificar su actitud de falta de aceptación. Jesús reacciona con una parábola para denunciar la incoherencia de sus enemig@s: “Se parecen a l@s niñ@s que no saben lo que quieren”.

Hay asuntos que tienen espacio en el Evangelio, pero que no son temas "candentes" para nosotr@s. La relación entre Juan el Bautista y Jesús se estableció hace mucho tiempo, pero en la época de los Evangelios, era un tema de discusión y debate. Para simplificar el problema; para algun@s seguidor@s de Juan, estaba claro que desde que Juan bautizó a Jesús, debía estar por encima de Jesús. Hoy, podemos dejar ese tema a un lado y mirar el tema moral que plantea el pasaje.

Este pasaje de las Escrituras nos recuerda que l@s niñ@s tienden a actuar con base en sus sentimientos del momento presente. La edad adulta madura puede compartir sentimientos, pero puede poner orden en la vida y dar preferencia a la razón y la confianza. Dios nos ayuda a crecer en este tipo de madurez y, a través de nuestra relación con Él, aprendemos a seguir Sus caminos. Ella nos transmite Su sabiduría para que podamos estar a cargo de nuestras vidas, no ser víctimas de nuestro estado de ánimo.

En qué medida abordamos las situaciones, motivad@s por nuestras actitudes más que por principios. A algun@s les llamamos "gloton@s" y a otr@s les llamamos "poseíd@s" porque nos conviene. La reflexión sobre la situación de nuestro mundo muestra que este sencillo dicho de Jesús arroja luz sobre nuestro mundo mal polarizado y, también, sobre nuestros propios juicios. Las quejas de un niño o niña son convincentes; su experiencia de ser tratad@s injustamente se apodera de ell@s. Jesús ve infantilismo en el comportamiento de algunas personas adultas. ¿De alguna manera sospecho que Jesús me está invitando a crecer?

Gran parte de los comentarios sociales de nuestra época son como l@s niñ@s gritando en el mercado: transitorios, ineludibles, momentáneamente atractiv@s pero superficiales. Estar aquí, ahora, es mi forma de conectarme con un mensaje más verdadero y duradero. Me tomo el tiempo que necesito para dejar ir la charla superficial y escuchar a Dios, quien habla en lo profundo de mi corazón.

¡Jesús aquí está tratando de sacudirnos! ¿Necesito un estremecimiento? ¿Estoy más que medio vivo? Mi alma puede adormecerse, paralizarse, drogarse, fragmentarse. Puedo permanecer impasible sin importar lo que Dios haga por mí. A veces el dolor ajeno no conmueve mi corazón. ¡La gratitud y la alabanza por la bondad de Dios pueden ser débiles y vacilantes en mí!

Mi oración de hoy es esta: Jesús, sácame de mis tumbas hechas por mí mismo para que pueda vivir mi vida contigo al máximo. Quiero ser como tú, plenamente vivo y vibrante con la vida de Dios.

Bendiciones

Padre Luis +