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¿Por quién quiero interceder hoy?

 

 

Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones.

 

El evangelio de hoy (Mateo 8: 5-11) es un espejo. Nos recuerda las palabras que decimos durante la Misa o Servicio de Adoración en el momento de la comunión: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, solo di la palabra y seré curado". Mirando este texto más de cerca, sugiere lo siguiente:

 

En este Evangelio quien busca a Jesús es un pagano, un gentil, un soldado del ejército romano, que dominaba y explotaba al pueblo. No es simplemente la religión o el deseo de Dios, sino la necesidad y el sufrimiento lo que lo impulsa primero a buscar a Jesús, seguido de una fe en que Jesús puede sanar. Jesús no tienes prejuicios. No exige nada primero, acepta y escucha la petición del centurión romano.

 

La respuesta de Jesús sorprende al centurión porque supera sus expectativas. El centurión no esperaba que Jesús fuera a su casa. Se siente indigno: "No soy digno". Esto significa que ha considerado a Jesús una persona muy superior. El centurión expresa su fe en Jesús diciendo "di la palabra y mi siervo será curado". Cree que la palabra de Jesús es capaz de sanar. ¿De dónde saca esta gran fe?

 

Otra lección que puedo aprender de este evangelio es que este notable centurión es un modelo de oración. El efecto de la fe de este hombre en Jesús le causó asombro y le tocó el corazón. Nosotr@s también podemos tocar el corazón de Jesús cuando oramos con profunda preocupación por alguien que lo necesita. No mucha gente podría asombrar a Jesús, pero este hombre sí: cree que Jesús puede hablar una palabra de curación, y eso será suficiente para curar a su siervo. Como el centurión, puedo estar acostumbrado a dar y recibir instrucciones. ¿Amo alguna vez a Jesús con mi fe?

 

Este milagro es inusual por dos razones. Jesús no estaba realmente presente cuando tuvo lugar la curación: pronunció la palabra y el criado del centurión fue sanado. El sirviente ni siquiera tuvo que oír a Jesús pronunciar la palabra: bastaba con que la palabra fuera dicha. ¿Nos damos cuenta de que cuando hablamos la palabra de Dios, alguien, en algún lugar, puede encontrar sanidad?

 

En ninguna parte de los Evangelios escuchamos a Jesús expresar un asombro tan gozoso. Es difícil pensar en alguien a quien elogió con tanto entusiasmo como lo hizo con este centurión pagano, un representante de la odiada potencia extranjera. Este milagro nos recuerda la naturaleza omnicomprensiva de la misión de Cristo y nos advierte que no confundamos uniformidad con universalidad.

 

Poniéndome en el lugar de Jesús, tengo tres preguntas para que pienses hoy: ¿cómo acepto y ayudo a las personas de otras religiones? Ponerme en el lugar del centurión: ¿qué experiencia personal me lleva a creer en Jesús? El Centurión intercedió ante Jesús en nombre de su siervo, no de sí mismo. ¿Por quién quiero interceder hoy?

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

Date news: 
Lunes, Noviembre 30, 2020 - 09:45

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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